Seguro de vida, de salud, de vivienda, de coche, del campo, … El mercado está lleno de compañías aseguradoras que nos bombardean con anuncios a través de los medios de comunicación, desde los bancos, por Internet o directamente en nuestro correo postal o electrónico. Pero ¿por qué tener un seguro?, y en ese caso, ¿cómo saber cuál se ajusta mejor a nuestra actividad profesional o privada, y nos dará una mayor cobertura a un coste proporcional?
Nada mejor que acudir a los profesionales del sector y dejarnos aconsejar por ellos. En nuestra sociedad, ya hemos dejado de ser un sujeto pasivo comercialmente hablando. Tenemos información y somos consumidores y ciudadanos exigentes con las empresas prestatarias de servicios. “Es muy importante tener hoy en día un seguro porque en la sociedad en la que vivimos estamos reclamando todos, tanto por un accidente de tráfico como por la rotura de una camisa”, afirma Sandra Bescós, especialista de seguros de Asesoría Morlán.
Si decisivo es tener un seguro en nuestra vida privada, crucial lo es para cualquier actividad empresarial ya sea de las grandes compañías o las pequeñas y medianas empresas. Para las pequeñas empresas es aconsejable contratar un buen seguro de PYME con una garantía de responsabilidad civil que no se nos quede limitada. Y para las medianas y grandes empresas se recomienda hacer dos contrataciones: un seguro similar al de la PYME; pero se aconseja contratar aparte el seguro de responsabilidad civil, ya que al temer mayor tamaño la empresa, mayor será el riesgo de reclamación del cliente.
En el caso de los autónomos, uno de los colectivos más frágiles de la economía española, es aconsejable -dada su básica protección por la Seguridad Social-la contratación de un seguro de subsidio de baja por enfermedad o accidente, que se cobra diariamente hasta que el profesional puede volver a trabajar.
Por otro lado los empresarios pueden beneficiar a sus trabajadores contratando un seguro de salud con retribución flexible. Esto es: el seguro se hace a nombre de la empresa, pero los asegurados son los trabajadores y sus familiares de primer grado. El seguro lo paga la empresa, pero luego ésta lo repercute en la nómina del empleado. Se trata de una buena posibilidad porque el importe siempre será menor que si un trabajador contrata un seguro de salud privado, no tiene copagos, ofrece más médicos para elegir, y muy importante, hasta 500 euros por cada familiar va a estar exento de tributar en el IRPF.
En el ámbito familiar es aconsejable tener un buen seguro del hogar, con una adecuada garantía de responsabilidad civil, especialmente pensado para reclamaciones hacía nuestros hijos ya sean pequeños o adolescentes, o a los propios conyugues. El seguro del hogar nos aporta una amplia gama de coberturas: daños por incendio, por agua, daños eléctricos, roturas, responsabilidad civil, defensa jurídica, e incluso hay una cláusula de –muy aconsejable cuando en el hogar hay niños pequeños- de garantía a todo riesgo accidental (roturas de televisiones por ejemplo u otro electrodoméstico). Sucesos en el hogar tan frecuentes como filtraciones de agua pueden suponer un elevado coste en la economía doméstica si no se cuenta con un seguro de hogar.
Además de en las compañías aseguradoras podemos contratar seguros en nuestras oficinas bancarias. Cada vez es más habitual que nuestra entidad, con la que tenemos una hipoteca o un préstamo, nos ofrezca la posibilidad de contratar seguros de vida, hogar o de automóvil. Se puede conseguir una trato más ventajoso aunque no siempre es obligatorio contratar con nuestro banco todos los seguros anteriormente citados. Sí lo es en cambio en los seguros que el banco ha estipulado en el contrato de la hipoteca o el préstamos.
El comercio electrónico también ha llegado a Internet y han proliferado las compañías virtuales. Este hecho tiene sus ventajas –como la gran oferta existente en el mercado que puede suponer una reducción de gastos-, pero el principal inconveniente es que casi nunca leemos la llamada letra pequeña del contrato. “Cuando haces un seguro por Internet aceptas todo, sin opción de hablar en persona con un agente. Puedes encontrarte el caso de contratar un todo riesgo para tu vehículo, pero que cuando tengas un golpe y no es contra un tercero no estás cubierto.
Pero ante todo es esencial a la hora de contratar un seguro contar con el asesoramiento “de un buen mediador y adquirirlo con una compañía solvente”, señala Bescós.