La factura de la luz es un quebradero de cabeza para los consumidores, ya que muchas veces no se sabe cuánto se gasta ni si se está pagando de más. Desde el mercado libre al regulado, existen innumerables ofertas que pretenden amoldarse a los diferentes perfiles de consumo, pero España sigue siendo uno de los países de Europa con la electricidad más cara -el quinto-.
El primer paso para ahorrar en la factura de la luz es calcular si la potencia que se tiene contratada es la adecuada para la vivienda, porque este es el verdadero lastre del recibo. La potencia contratada es el número máximo de kW que es capaz de tolerar la instalación del hogar, o lo que es lo mismo, el número máximo de dispositivos que pueden funcionar al mismo tiempo sin que salte la luz. Se corresponde a una cantidad fija y hay que pagarlo sí o sí, aunque no se encienda ningún electrodoméstico. La potencia contratada está indicada en el recibo, y para saber si se puede reducir solo hay que encender todos los electrodomésticos a la vez y, si no salta la luz, significa que se puede rebajar.
Por otro lado, el usuario puede elegir entre mercado libre y regulado. En el primero, el precio del kW se fija en el mercado mayorista, en el segundo lo fijan las compañías eléctricas. Ambos ofrecen distintas ofertas, por lo que hay que prestar atención si ofrecen descuentos, ya que estos suelen estar compensados por otros conceptos que encarecen la factura. Las sociedades que ofrecen la tarifa regulada también están en el mercado libre con el nombre muy casi idéntico al comercial, lo que puede traer en engaño al consumidor. Como regla general, es mejor no enseñar ningún recibo a los vendedores para que nadie pueda tener acceso a información privada.
Por último, otro punto a revisar son los horarios en los que el usuario suele utilizar sus electrodomésticos. Salvo para aquellos que concentren sus consumos durante la tarde, es recomendable optar por una tarifa de discriminación horaria. Esta posibilidad está disponible en el mercado regulado y abarca dos tramos de precios del kWh: un periodo valle, más barato, que coincide con las horas nocturnas (de 22.00 a 12.00 en invierno y de 23.00 a 13.00 en verano) y otro llamado punta, más caro.
También existen ofertas de este tipo en el mercado libre, pero cada compañía tendrá una propuesta y unos precios diferentes. Son unos tipos de contrato a tener en consideración, ya que un hogar medio ahorra al año 70 euros con una tarifa con discriminación horaria.